Thursday, September 14, 2006

El 11 de septiembre o la imposibilidad de entender




Mientras la elite socioeconómica de nuestro país insiste en que "aquí no pasa nada", que "grupos marginales" o "delincuentes" son los que están manifestando violentamente en las calles de nuestras ciudades, el hecho es que tenemos importantes grupos de personas que se sienten fuera del sistema -¿o que está fuera del sistema?-, que están creciendo tal vez no en número, pero sí en organización y en violencia y que no basan su acción en alguna postura social o política reconocida, sino en la simple rabia desatada en contra de un modelo, en un país donde vivir en determinado barrio o haber recibido determinada educación, parecen ser circunstancias determinantes en el futuro desarrollo social y económico de sus habitantes...

Hoy, la política oficial, la política partidista de corte ideológico y dos bloques que pretenden representar toda la realidad ideológica de nuestro país está cada vez más desprestigiada. Un sistema que ha mostrado sus bondades para un grupo de elite, el cual, sea de izquierda o de derecha se siente extremadamente cómodo con su parte en el mango del sartén, mientras por el otro lado, en las sombras, hay mucha gente, demasiada gente, que no tiene ninguna posibilidad efectiva de expresarse de manera pacífica y eficaz en el actual sistema...que por tanto, tarde o temprano, deja de sentirse representada.
Me refiero en particular al feroz "modelo" social y económico que se nos ha impuesto como la única opción posible y en el cual la problemática política -que el sistema binominal, que no están todos los partidos representados, que los comunistas no están en el parlamento- es una ínfima parte del problema o quizá su manifestación... un problema que hunde sus raíces en la historia de Chile (lo que no impide que sea responsabilidad de esta generación el resolverlo) . Mientras el modelo se cae a pedazos encima de la gente que se encuentra al desamparo de sus consecuencias, un pequeño grupo de afortunados celebra con copas de champaña su exitoso pasar económico, su existencia exitosa y feliz...

Por supuesto que me parece una estupidez eso de andar disparando y tirando bombas molotov en cualquier parte, pero por otro lado no dejo de preguntarme si sólo siendo pacífico, ordenado y obediente, esas personas crecidas al amparo del desamparo obtendrán algo más que aspirinas de diverso tipo y tamaño, lo que es la enseñanza más brutal del actual sistema que nos rige.No pretendo fomentar la insurrección civil, pero es cierto que si la violencia social es un grito desesperado y brutal, pero grito al fin, una importante parte de nuestra gente está gritando contra el neoliberalismo que nos acompaña desde hace más de treinta años, contra la "obra" del régimen militar y su modelo socioeconómico, continuada y perfeccionada por la Concertación, que ha infiltrado todo, hasta la Iglesia -mi ejemplo favorito es la campaña del vuelto en los supermercados- y ha destruido hasta su médula todas las organizaciones sociales que podían ejercer una vocería pacífica y organizada respecto de las inquietudes sociales -sindicatos, centrales de trabajadores, partidos políticos realmente representativos, centros de madres (ja, que cualquier cosa sirve, digo yo)- . Tampoco tenemos líderes sociales realmente respetables... ¿Como responder ahora a cualquier llamado a ser pacíficos, a ser "democráticos", a ser "respetuosos", en este sistema?

Sigo creyendo firmemente
en la fuerza del espíritu, y por ello creo que responder a la opresión y a la pobreza con resentimiento y violencia es, aparte de una estupidez, una pérdida de tiempo y una manera fashion de proclamarnos víctimas y echarle la culpa al empedrado. Pero eso no justifica la propagación sin contrapeso, impulsada desde las más altas esferas, de un sistema inhumano y feroz, que produce un sordo y continuado daño social en la gente más vulnerable y menos favorecida...

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