Monday, February 12, 2007

El hombre unidimensional


El hombre unidimensional es solo un artefacto de producción, un eslabón de una larga cadena que comienza antes de él y termina después de él. Su trabajo tiene sentido sólo en tanto producto.

El hombre unidimensional no se interesa por las humanidades. No sabe ni entiende de literatura, de filosofía, de historia. El hombre unidimensional no sabe de espiritualidad (salvo que sea algo oriental y relativo al cuerpo). El hombre unidimensional consume y es consumido.

El hombre unidimensional es fácil de contentar. Basta con ponerle algo entretenido en la tele.

El hombre unidimensional es fácil de informar (si es que podemos usar este termino). Es fiel lector de los diarios de farándula.

El hombre unidimensional no nace, se hace. Un sistema económico y político entregado a la globalización, al que solo importa crear y producir riqueza material, necesita hombres unidimensionales, que no establezcan relaciones, que no puedan llegar a conclusiones, que sean productores pasivos. Por eso el sistema los crea: con la televisión, con la prensa farandulera, con la inestabilidad económica y existencial, con el miedo a diversas pestes y plagas reales o inventadas, con la exclusiva orientación de todo el sistema educativo a la producción, la competitividad y la eficiencia. Con la destrucción de toda forma de gratuidad.

El hombre unidimensional es numerable. Prescindible. Es un recurso que tanto puede ser enviado a la guerra como despedido "por razones de la empresa".

El hombre unidimensional, totalmente materializado, es fácil de dominar. Por eso ha sido creado.

Bienvenidos a Matrix.

Saturday, February 10, 2007

El desarrollo unidimensional


El precio del desarrollismo económico al que está sometido el país no es tangible, pero se paga de maneras bien concretas: estrés, proliferación de licencias, extensión excesiva de la jornada de trabajo , etc... A nivel social, todo se subordina al productivismo: el medio ambiente, los espacios públicos, el patrimonio histórico de las ciudades,el tiempo libre de las personas...¡¡hasta los días feriados son acomodados para "no interferir" en la producción!!

Como resultado, la gente vive agobiada, en permanente tensión. Ahora todo tiene precio: las autopistas, el agua, la luz, la educación, la salud. Todo debe ser pagado porque el sistema económico no admite la noción de gratuidad, al menos en la esfera pública, sólo subsidios. La noción del Estado, como protector de las condiciones mínimas de desarrollo de las personas, también desaparece. La gente debe enfrentarse sola, sin ningún apoyo social, a las más diversas contingencias, teniendo como débil defensa un sistema privado de previsión social que, en vez de enfrentar temas tan delicados como la salud,la vida y la muerte de las personas desde la gratuidad y el servicio , enfoca dichos problemas desde la perspectiva de la ganancia y el lucro.

Como agregado, el actual sistema económico unidimensionaliza a las personas, las convierte en factores de producción. Las personas cuentan, valen y pesan sólo en tanto piezas de una inmensa maquinaria de eficiencia y competitividad. Somos reducidos a entes de consumo, que ganan tanto dinero cuanto sean capaces de producir. La eficiencia, el productivismo se apoderan de nuestros trabajos y nuestras vidas y ahora nociones como la satisfacción personal y la realización no son tomadas en cuenta. Ni siquiera se considera la dimensión espiritual del trabajo, que es la forma que tiene el hombre de sentirse realizado y contribuir a la realización del mundo.

El actual sistema económico se basa en premisas que son presentadas como conclusiones de carácter científico, por lo tanto inmodificables. Sin embargo, en mi opinión, el desarrollismo económico se fundamenta en opciones políticas muy concretas, que por lo mismo, en cuanto opciones, pueden ser cambiadas o modificadas.

No es cierto, por tanto, que el productivismo económico sea la única alternativa. Ha de haber otras opciones posibles, más solidarias, que respeten el alma y los sueños de las personas, y el derecho a la felicidad y a la tranquilidad de la gente. El sistema económico ha de ser mejorado, porque la economía se ha hecho para la felicidad de las personas y no al revés.